(179) Cómo fue el mes de mayo
TL;DR: ecléctico. Vuelve algo de música, leí bastante y
En la newsletter de esta semana hay muchas recomendaciones de sitios, por esto ha quedado muy larga y no vas a poder verla entera en el correo. Para leer todo y con calma, pincha en el título arriba (179) Cómo fue el mes de mayo.
El sábado pasado conté mi ruina a unas personas especiales. Estábamos en mitad del Akelarre1, en un hotel de la Mariña, cenando una Coronation Cauliflower á la Ottolenghi, y me lancé a relatar una situación absurda en la que me vi metida sin querer.
Cuando terminé y me senté, sentí que se me quitaba una losa de encima. En ese momento entendí que llevaba tres meses con ese peso a cuestas. No era solo esa ruina concreta —una anécdota personal que no quiero contar en público—, sino la acumulación de cosas desde febrero. Sucesos familiares varios, viajes imprevistos, los previstos, trabajo. El que he podido sacar adelante, y el que he tenido que pausar porque conozco mis límites y necesitaba conservar algo de cordura mental para poder estar en lo importante.
Jorge tendrá quizá otra lectura —a saber cómo ha vivido él estos meses—, pero me ha acompañado sin rechistar, y por eso he intentado cuidar la parte de casa y de pareja. Entre acabar un texto o salir a andar, salir a andar. Entre programar publicaciones o pasar el domingo en la playa, la playa. Panepanna se ha resentido un poco —no tanto la newsletter, pero sí todo lo que la rodea: redes, cuidados, ritmo. Y también, un poco, los suscriptores.
El Akelarre fue la guinda final del trimestre. Una guinda gozosa, aunque como todo evento que requiere algo de organización, me tuvo en vilo hasta la misma mañana. De este segundo Akelarre —de qué es, de qué somos—quiero escribir algo aparte. Mientras tanto, puedes leer aquí lo que conté el año pasado.
Junio va a ser más liviano, y podré cuidarte más.
Esta semana hace…
(seis años)
Tiramisù
Pasta al pesto
(cinco años)
Crostini con mozzarella y anchoas
(tres años)
(054) Zaleti
(055) Los helados de la infancia
(056) Pesto di mandorle e prezzemolo
(057) Más diseños del comer
(dos años)
(108) B&B en Venecia
(un año)
Pasta alla puttanesca
Próximamente y autobombo
★ En Directo al paladar he escrito de Demaio, las pizzerías de Bilbao que merece la pena visitar! Esta pizzería de Bilbao está entre las mejores del mundo: traen casi todo de Italia, menos un queso vasco que les fascina
★ En junio y julio voy a poner al día los mapas de Roma y Firenze, y de paso hablamos de viajes, turismo y todo lo que conllevan.
Herman Melville: Bartleby, the Scrivener (1853).
Había leído Bartleby hace eones, probablemente por culpa de Alessandro Baricco, cuando habló de él en Pickwick, en 1994. Pickwick fue quizás el único programa televisivo de libros que tuvo un éxito arrollador. Los libreros lo veían para saber qué les iban a pedir al día siguiente, y de repente subieron las lecturas de Flaubert, Conrad, Proust, y también de Easton Ellis, Pennac o Stephen King. Consiguió algo difícil: encandilar a base de literatura, sin distinción entre clásicos y contemporáneos.
Baricco era un poco cursi, sí —igual que en sus novelas—, pero aún ahora, después de más de treinta años, me acuerdo de cómo describía a Bartleby. Puedes ver el episodio dedicado a Bartleby (y también a von Kleist, Joseph Roth, John Fante) en RaiPlay [solo accesible desde IP italianas, así que o estás en Italia o usas una VPN]: Pickwick - Del leggere e dello scrivere 22 mayo 1994. El cuento es fácil de encontrar, tanto en inglés como traducido.
Hanya Yanagihara: A Little Life (2015) traducción de Aurora Echevarría para Lumen.
Después del sufrimiento (emocional) que fue To Paradise, quise esperar antes de leer otra novela de Yanagihara, a quien a partir de ahora considero la Ali Hazelwood de la desesperación y el hundimiento —pero en versión larga. ¿Qué decir? To Paradise me había parecido delicado en sus historias manipuladoras. A Little Life es un poco más tosca, una especie de 50 Sombras de Grey pero en versión “persona angustiada que busca su lugar en el mundo”.
Me explico. Lo primero: ¿me gustó? Sí, pero.
¿Es emocionante? Totalmente.
¿Es facilona? También (aunque está bien escrita).
¿La recomendaría para leer en la playa? Solo si la llevas en Kindle, porque son casi mil páginas.
Antonio Scurati: M, el hijo del siglo (2018) traducción de Carlos Gumpert para Alfaguara.
La historia del fascismo contada a través de su inventor, Benito Mussolini, en tres tomos que recorren los hechos año por año, en capítulos breves centrados en momentos reales (o muy verosímiles). Ojalá tener una grabación del momento en el que el editor lee el pitch de esta obra.
Quise leerlo antes de ver la serie, pero creo que no iré más allá del primer tomo —al menos no por ahora. Está bien, ¿eh?. Soy yo, no es él. Está muy bien: entra en los detalles, el tono es ágil y, hasta donde puedo juzgar, históricamente bastante riguroso.
Veronica Raimo: Niente di vero (2022) traducción de Carlos Gumpert para Libros del Asteroide.
Algo más ligero, por fin y gracias. Una novela corta, autobiográfica, que te hace reír con unos cuantos puntos tristes. Está traducida, ve a leerla porque te alegrarás de haberlo hecho. Dos citas:
“Pueden quitarnos todo menos nuestros recuerdos, se dice. Pero ¿quién estaría realmente interesado en esa expropiación? La mayoría de los recuerdos nos abandona sin que siquiera nos demos cuenta; y en cuanto al resto, somos nosotros quienes los deslizamos a escondidas, los traficamos por ahí, los promocionamos con celo, vendedores puerta a puerta, charlatanes, en busca de alguien a quien embaucar para que se suscriba a nuestra historia. Repetida, a mitad de precio. La memoria, para mí, es como el juego de dados que hacía de niña: solo se trata de decidir si es inútil o está amañado.”
“C’è Francesca al telefono”
James Hoffmann: Atlas mundial del café (2014) traducción de Ana Rubio para Cinco Tintas.
Me gusta cuando se juntas cosas y personas que me gustan: el café, la editorial Cinco Tintas (los mismos de Sabores de Italia) y Ana Rubio que además de gestionar el mejor mapa cafetero ibérico acaba de hacerse panepanner. Una guía sencilla, clara y completa al mundo del café, empezando por las variedades, el cultivo, los métodos de preparación y una guía a los orígenes.
Tres meses de estrés, tres meses de poca música nueva.
He juntado todos los sitios de los que hablo en esta lista de Google maps.
Decía que mayo venía pisando fuerte, y así ha sido. Viaje a Euskadi pasando por Cantabria, trabajo en Asturias, viaje a Roma… El menú ha quedado variado, con muchos cafés.
Galicia
Focacceria da Elba
La primera tienda de productos italianos en A Coruña, Elba, abrió hace un par de meses una pequeña focaccería en la plaza de Pontevedra, justo al lado (o detrás) del mítico Manhattan. Carta corta, focaccias sabrosas que se pueden comer en la minibarra del local, aunque lo ideal es llevárselas a la playa, que está a 20 metros.
Focacceria da Elba - Pr. Pontevedra, 26, A Coruña. Instagram + Maps
Restaurante Galicia
No sé si había hablado ya del Galicia de Baamonde en la newsletter -sí escribí algo en la web- pero nunca está de más repetir. De camino al Akelarre paramos a comer algo rápido y sencillo: el desvío de la autovía es mínimo y la satisfacción máxima. Restaurante centenario, sala de decoración ecléctica y una carta que parece sacada de casa de tu abuela gallega. Unos mejillones en salsa de aperitivo y un pollo guisado con patatas de llorar.
Restaurante Galicia - Rúa Teniente Coronel Teijeiro, 16, Baamonde (Lugo). Instagram + Maps
Cantabria
Ronquillo
Camino a Donosti, paramos en Ramales de la Victoria para comer en Ronquillo. Una casona con una sala espectacular y unos platos de cocina tradicional que me gustaron mucho.
Ronquillo - C. Menéndez Pelayo, 2, Ramales de la Victoria (Cantabria). Carta + Instagram + Maps
La tienda de Pedro García
Comida sencilla, buena relación calidad-precio. Nosotros pedimos demasiado, pero ¿cuándo vamos a volver a parar aquí? ¡El trabajo es trabajo! Huevos encapotados (versión con huevo duro), pollo al ajillo, mollejas de cordero fritas. El ambiente, delicioso.
La tienda de Pedro García- Av. Calvo Sotelo, 40, Solares (Cantabria). Carta + Instagram + Maps
Euskadi
Gerald’s
No sabía bien qué esperar de Gerald’s. Jorge había estado dos veces y me había hablado muy bien de este pequeño local en San Sebastián. Otros lo ponían a caer de un burro, y algunos más me preguntaban: “¿Pero por qué vas a cenar allí?”. Qué decir: platos sabrosos, sencillos, bien hechos. Un plato de pasta al que no puedo poner ni un pero. Compartiendo platillos entre cuatro, no salimos a más 20€ por persona. En Donosti.
Algunos platos me recordaron al Ca Na Toneta de María Solivellas. Había un aire a la Donna Hay de finales de los 90 (y esto es un cumplido). Pedimos todo lo que era verdura —es mi política: pedir siempre lo que sea verdura, para que la sigan poniendo—: cogollos con ajoblanco de avellanas, guisantes y guanciale (18 €); espárragos blancos con nísperos confitados y requesón (20 €); trigueros a la parrilla con gribiche y rúcula (18 €); y unas tagliatelle con ragù (22 €). Una cena ligera por 20 € por cabeza (el agua, en jarra, no sé cómo la cobraban). Podríamos haber cenado eso entre dos, y aun así, 40€ por verdura bien hecha, rica, me parece BIEN.
Tengo una teoría sobre qué pasa con Gerald’s, que es un poco lo mismo que le ocurre a Ca Na Toneta, a Eleonore en Salinas, y a ver si eres capaz de unir los puntos. No la digo en voz alta, porque cuando lo hago piso callos. Y mira, yo venía estresada de mayo y me gustaría un verano tranquilo. Pero si vas a Donosti, reserva en Gerald’s (al mediodía tienen menú).
Gerald’s - Iparragirre Kalea, 13, Donostia (Gipuzkoa). Carta + Instagram + Maps
Aratz
No es una meca gastronómica, pero los bocadillos del Aratz son conocidos en Donosti, y yo siempre a favor de lo que hacen los locales.
Aratz - Igara Bidea, 15, Donostia (Gipuzkoa). Carta + Instagram + Maps
Eceiza
En Tolosa, me dice Jorge que hay que probar las bombas de nata del Eceiza. Las tienen con tres rellenos: además de la nata y de la crema, hay chantilly, que aquí es merengue con mantequilla. Lo sé, no preguntes. Si en Tolosa dicen que eso es chantilly, eso es chantilly.
Eceiza - San Frantzisko Pasealekua Ibilbidea, 8, Tolosa (Gipuzkoa). Instagram + Maps
Asturias
The Pantry by Eleonore
Mencionaba antes a Eleonore, y aquí está The Pantry, la panadería barra pastelería barra brunchería (?) que tiene en el local de detrás. Pensábamos tomar un simple desayuno y acabó siendo un desayuno degustación completo.
Hay opciones saladas (como ese jambon-beurre para llorar o la tortilla vaga) y dulces (desde tortita y torrijas hasta los mejores laminados que haya tomado nunca). Hay técnica, hay finura y hay sabor.
Escribiré más sobre esto próximamente, porque tengo muy claro que hay que hablar de estos sitios.
The Pantry by Eleonore - C. Pablo Laloux, 13, bajo sur, Salinas (Asturias). Instagram + Maps
Cafés
Un variado de cafés por el norte, siguiendo el mapa de Coffee & Translation.
Shot Me Coffee - Rúa dos Concheiros, 36, Santiago de Compostela. Instagram + Maps
Conuco Coffee - Rúa Orzán, 178, A Coruña. Instagram + Maps
Kira Coffee - Travesía San Lázaro, 36, Sarón (Cantabria). Instagram + Maps
Garia - Soldadu Kalea, 1, Tolosa (Gipuzkoa). Instagram + Maps
BB’s café - Eulena Kalea, 3B, Abadiño (Bizkaia). Instagram + Maps
Pionero Coffee Roasters - C. Marqués de Pidal, 21, Oviedo. Instagram + Maps
Italia
Casi todo Roma: comí un poco al azar, según lo que iba encontrando en el camino (y en mi mapa).
Ostaria Da Mariano
Una ostería en Mestre —la parte de Venezia que está en tierra firme— con carta corta, platos tradicionales y de temporada. Se gasta en torno a 30 € por persona. Hablé más de ella aquí: Ostaria da Mariano.
Ostaria Da Mariano - Via Cesare Cecchini, 1, Mestre Venezia. Instagram + Maps
Zio Bello
Una pizzería de barrio en Colle Salario. No creo que vayas nunca por allí, pero nunca se sabe. Me interesa enseñarla porque es una pizzería de barrio: sencilla, un poco cutre incluso, con precios ridículos (una margherita a 6 €) y pizza tonda romana —fina, crujiente y rica.
Zio Bello - Via S. Gennaro, 101/103, Roma. Instagram + Maps
Romané
Una decepción, pero por culpa de mis expectativas mal puestas. Detrás de Romané está Stefano Callegari —el creador del Trapizzino, cosa por la que siempre le estaremos agradecidos—, pero Romané no merece el desplazamiento. En teoría es una trattoria moderna; en la práctica… mira, no sé. No hace falta ir. De hecho, voy ahora mismo a quitarla del mapa.
Romané - Via Cipro, 106, Roma. Instagram + Maps
Al Biondo Tevere
Comí aquí porque está cerca del trabajo de Enrica, porque tiene una terraza sobre el Tévere y porque cuesta poco. Plus: dicen que es el último sitio donde Pasolini cenó la noche en que fue asesinado. Parece que hay otro lugar en San Lorenzo con el mismo claim —igual Pasolini esa noche estaba de parranda.
Total: comida bastante sencilla, no está mal, sobre todo por las mesitas en la terraza y porque sigue siendo territorio local. Te pilla bien si vas a visitar la Centrale Montemartini o San Paolo Fuori le Mura.
Para un primero, un segundo, dos verduras, dos alcachofas, dos postres y dos cafés (más el agua), pagué 30 €. Creo que alguien se equivocó.
Al Biondo Tevere - Via Ostiense, 178, Roma. Instagram + Maps
Tres direcciones en dos barrios no turísticos: pizza al corte y pastelería en la Garbatella y en el quartiere Trieste.
Panificio Maré - Via Anna Maria Taigi, 6, Roma. Maps
Panadería con un pizza excelente, además de dulces de horno. En la Garbatella.
Agostino - Corso Trieste, 66/70, Roma. Instagram + Maps
Pizza al corte y focaccias rellenas (además de cafetería) en corso Trieste. Rico y económico (los dos trozos de pizza de la foto del medio más una bebida, 7,50 €).
Pasticceria Marinari - Corso Trieste, 95, Roma. Instagram + Maps
Las crostatine di visciole (/víshole/, guindas) son deliciosas.
Tres heladerías y un café rico (sin foto).
Otaleg! - Via di S. Cosimato, 14a, Roma. Instagram + Maps
Trastevere se hace menos cuesta arriba —en sentido figurado, por los turistas— con un helado de Otaleg! Poco aparente, muy rico.
Torcè - Piazza Euclide, 25, Roma. Instagram + Maps
Torcè está estratégicamente situado en zonas no muy turísticas y, quizás por eso —por tener que currárselo un poco más—, el helado sabe mejor. No sé, pero me gustó aún más que el de Otaleg!, que ya había sido mucho.
Fatamorgana- V. della Croce, 46, Roma. Instagram + Maps
Tener una heladería rica en via della Croce —es decir, en pleno centro superturístico— está muy bien. No ha sido mi preferida de las tres, pero está bien y volvería. Tiene además otros establecimientos repartidos por la ciudad.
Sensorio - Via Flaminia, 69, Roma. Instagram + Maps
Buen café de especialidad no lejos de piazza del Popolo.
Eataly Fiumicino
A la vuelta decidí probar qué tal la experiencia comiendo en el espacio Eataly del aeropuerto de Fiumicino. Mejor de lo que pensaba. Luego, si vale o no la pena… bueno, eso en un aeropuerto nunca tiene una respuesta afirmativa.
Un plato de pasta digno (no pasada, solo ligeramente sosa para mi gusto), un supplì que ni tan mal: 19,90€. Honestamente, pagas eso en cualquier sitio mediocre en España.
La pasta es Afeltra, una buena marca. Pides en el mostrador y te lo traen todo a la mesa, donde luego te puedes quedar todo el tiempo que quieras.
★ [comer italiano en España] Los Xemei abren otro sitio -lo del precio razonable no sé si es un zasca o qué. Los hermanos Colombo que revolucionaron Barcelona abren el Super Bar (a precios razonables)
★ [ir a Italia] “En esta región de Italia aún hay rincones poco masificados” pero ahora vamos a sacar un artículo en el periódico más leído de España y así lo arreglamos. Maremma, por la Toscana que mira al mar
★ [tristificación] ¡No vayas a ESE sitio de bocadillos en Firenze!
★ [comer en Italia] Las diferencias, teóricas, entre los distintos tipos de locales en Italia. Trattoria, osteria, ristorante… cómo elegir un buen restaurante italiano
★ [LGBTQI+] A veces hay buenas noticias para el colectivo en Italia. La justicia italiana reconoce como madres a las parejas lesbianas que utilizan la fecundación in vitro en el extranjero
★ [arriba parias de la tierra] Ojalá tener algo inteligente y constructivo que comentar a esto. El 17% de los hogares con empleo y con hijos vive en situación de pobreza laboral: “Trabajar no es suficiente”
★ [sardinas siempre bien] ‘The flavour, the texture, everything is perfect’: José Pizarro tests supermarket tinned sardines
★ [algo útil por fin] Do I Need to Refrigerate Ketchup? An A-to-Z Guide to Storing Condiments
y para terminar
formalmente es el retiro anual de Panepanna, suena mejor así, ya.
Me has creado la necesidad de ir a Roma cuanto antes para probar cada sitio que has recomendado... y me has sacado un suspiro con el comentario sobre el artículo de la Maremma. 🤷♀️