Yo, que tengo un TCA como una catedral (bueno, la catedral está bajando de altura: pongamos que es como una iglesia de pueblo) sí creo que no hay alimentos buenos ni malos. Cada día más. Sí, un brócoli es más interesante nutricionalmente que un trozo de tarta. Pero celebramos cumpleaños con tartas y está bien. Y también está bien comer tarta un día horrible en el que un amigo te dice: "En 10 minutos estoy en tu casa, que esto lo arreglamos con un bizcocho". La comida no es solo salud, eso lo estoy aprendiendo ahora. Es también salud mental. ¿Voy a vivir 2 años menos por comerme la tarta? Quizá. Pero contenta. El dar connotación de "bueno" y "malo" es algo que influye en muchos trastornos del comportamiento alimentario: te tiras un montón de tiempo comiendo sanísimo y "sin saltarte la dieta" y luego, claro, te puedes comer cuatro Donuts. Porque son malos, están prohibidos, no son sanos, son el demonio y lo prohibido atrae.
Si hacemos caso a la salud corporal, pues sí: alcohol recomendado es cero (pero mira, me voy a tomar esa copa de vino, gracias); es mejor comer legumbres mínimo tres veces por semana (no conozco a nadie que lo haga: en mi grupo cercano, la carne es la que impera -no el pescado-) y sería mejor que, pastillas de B12 por medio por si acaso, tendiéramos al veganismo.
Pero también puedes aprender que no pasa nada por comerte un Donut.
Y lo mío es trastorno por atracón, pero en anorexia, todo pautado, con nutri y psicólogo de conducta o cognitivo-conductual experto en TCA, el primer mordisco al donut es lo más saludable del mundo y el donut será bueno. Qué coño bueno. El donut será Dios.
Eso es lo que pienso ahora. Lo mismo en un par de años cambio de opinión, porque yo soy de verdades inmutables y eternas que me duran un segundo.
La confusión, en este caso, creo, es que el artículo habla de las empresas alimentares y de cómo, detrás de un mensaje simplista aunque bienintencionado como el "hay que comer de todo", han empujado el consumo de sal, azúcar y grasas.
Sí, hay que comer de todo pero no da igual en qué proporción. Un nutricionista no debería prohibirte ningún alimento, pero habrá una mayoría de ingestas de ciertos alimentos.
Que hay que preocuparse de las personas con TCA o a riesgo de desarrollarlas? Por supuesto. Pero tampoco deberíamos tratarlos como indigentes mentales, sin responsabilidad alguna en sus decisiones.
¿Has leído Salt, sugar, fat de Michael Moss? Aquí se tradujo como "Adictos a la comida basura". Fue premio Pulitzer y es una investigación de 10 años. Me gustó mucho.
Lo de la responsabilidad en las decisiones se aplica a todo el mundo y a todas las cuestiones en esta vida. Todos podríamos ser el mejor en nuestro trabajo, estudiar 15 carreras, hacer deporte una hora al día menos el día de recuperación y, en fin, no funciona así lo de la responsabilidad en las decisiones. Es básicamente decir "No eres un indigente mental, así que si tomas malas decisiones con tu vida es problema tuyo". Sin tener en cuenta si, por ejemplo, ha sufrido maltrato infantil. Es un poner.
El otro día una chica me decía que solo tiene amigos que cobran más de 3000 euros al mes porque, si no cobras más de tres mil euros al mes, es que no has sabido qué hacer con tu vida y ella no tiene amigos que no sean inteligentes. Ese individualismo, toda la responsabilidad en el individuo, a mí siempre me ha parecido absolutamente reaccionario.
Yo soy inteligente. No cobro tres mil euros. Tengo un TCA. Y no, no soy indigente mental. De verdad de la buena.
Yo, que tengo un TCA como una catedral (bueno, la catedral está bajando de altura: pongamos que es como una iglesia de pueblo) sí creo que no hay alimentos buenos ni malos. Cada día más. Sí, un brócoli es más interesante nutricionalmente que un trozo de tarta. Pero celebramos cumpleaños con tartas y está bien. Y también está bien comer tarta un día horrible en el que un amigo te dice: "En 10 minutos estoy en tu casa, que esto lo arreglamos con un bizcocho". La comida no es solo salud, eso lo estoy aprendiendo ahora. Es también salud mental. ¿Voy a vivir 2 años menos por comerme la tarta? Quizá. Pero contenta. El dar connotación de "bueno" y "malo" es algo que influye en muchos trastornos del comportamiento alimentario: te tiras un montón de tiempo comiendo sanísimo y "sin saltarte la dieta" y luego, claro, te puedes comer cuatro Donuts. Porque son malos, están prohibidos, no son sanos, son el demonio y lo prohibido atrae.
Si hacemos caso a la salud corporal, pues sí: alcohol recomendado es cero (pero mira, me voy a tomar esa copa de vino, gracias); es mejor comer legumbres mínimo tres veces por semana (no conozco a nadie que lo haga: en mi grupo cercano, la carne es la que impera -no el pescado-) y sería mejor que, pastillas de B12 por medio por si acaso, tendiéramos al veganismo.
Pero también puedes aprender que no pasa nada por comerte un Donut.
Y lo mío es trastorno por atracón, pero en anorexia, todo pautado, con nutri y psicólogo de conducta o cognitivo-conductual experto en TCA, el primer mordisco al donut es lo más saludable del mundo y el donut será bueno. Qué coño bueno. El donut será Dios.
Eso es lo que pienso ahora. Lo mismo en un par de años cambio de opinión, porque yo soy de verdades inmutables y eternas que me duran un segundo.
La confusión, en este caso, creo, es que el artículo habla de las empresas alimentares y de cómo, detrás de un mensaje simplista aunque bienintencionado como el "hay que comer de todo", han empujado el consumo de sal, azúcar y grasas.
Sí, hay que comer de todo pero no da igual en qué proporción. Un nutricionista no debería prohibirte ningún alimento, pero habrá una mayoría de ingestas de ciertos alimentos.
Que hay que preocuparse de las personas con TCA o a riesgo de desarrollarlas? Por supuesto. Pero tampoco deberíamos tratarlos como indigentes mentales, sin responsabilidad alguna en sus decisiones.
¿Has leído Salt, sugar, fat de Michael Moss? Aquí se tradujo como "Adictos a la comida basura". Fue premio Pulitzer y es una investigación de 10 años. Me gustó mucho.
Lo de la responsabilidad en las decisiones se aplica a todo el mundo y a todas las cuestiones en esta vida. Todos podríamos ser el mejor en nuestro trabajo, estudiar 15 carreras, hacer deporte una hora al día menos el día de recuperación y, en fin, no funciona así lo de la responsabilidad en las decisiones. Es básicamente decir "No eres un indigente mental, así que si tomas malas decisiones con tu vida es problema tuyo". Sin tener en cuenta si, por ejemplo, ha sufrido maltrato infantil. Es un poner.
El otro día una chica me decía que solo tiene amigos que cobran más de 3000 euros al mes porque, si no cobras más de tres mil euros al mes, es que no has sabido qué hacer con tu vida y ella no tiene amigos que no sean inteligentes. Ese individualismo, toda la responsabilidad en el individuo, a mí siempre me ha parecido absolutamente reaccionario.
Yo soy inteligente. No cobro tres mil euros. Tengo un TCA. Y no, no soy indigente mental. De verdad de la buena.