3 Comentarios

Yo, que tengo un TCA como una catedral (bueno, la catedral está bajando de altura: pongamos que es como una iglesia de pueblo) sí creo que no hay alimentos buenos ni malos. Cada día más. Sí, un brócoli es más interesante nutricionalmente que un trozo de tarta. Pero celebramos cumpleaños con tartas y está bien. Y también está bien comer tarta un día horrible en el que un amigo te dice: "En 10 minutos estoy en tu casa, que esto lo arreglamos con un bizcocho". La comida no es solo salud, eso lo estoy aprendiendo ahora. Es también salud mental. ¿Voy a vivir 2 años menos por comerme la tarta? Quizá. Pero contenta. El dar connotación de "bueno" y "malo" es algo que influye en muchos trastornos del comportamiento alimentario: te tiras un montón de tiempo comiendo sanísimo y "sin saltarte la dieta" y luego, claro, te puedes comer cuatro Donuts. Porque son malos, están prohibidos, no son sanos, son el demonio y lo prohibido atrae.

Si hacemos caso a la salud corporal, pues sí: alcohol recomendado es cero (pero mira, me voy a tomar esa copa de vino, gracias); es mejor comer legumbres mínimo tres veces por semana (no conozco a nadie que lo haga: en mi grupo cercano, la carne es la que impera -no el pescado-) y sería mejor que, pastillas de B12 por medio por si acaso, tendiéramos al veganismo.

Pero también puedes aprender que no pasa nada por comerte un Donut.

Y lo mío es trastorno por atracón, pero en anorexia, todo pautado, con nutri y psicólogo de conducta o cognitivo-conductual experto en TCA, el primer mordisco al donut es lo más saludable del mundo y el donut será bueno. Qué coño bueno. El donut será Dios.

Eso es lo que pienso ahora. Lo mismo en un par de años cambio de opinión, porque yo soy de verdades inmutables y eternas que me duran un segundo.

Expand full comment