Estoy renumerando las newsletters, sin hacer distinciones entre las abiertas, las de pago, las firmas invitadas. Creo que es una simplificación positiva, aunque estoy abierta a sugerencias. La cuestión es que ahora, a menudo, junto en una misma publicación contenidos en abierto y contenidos para suscriptores pro, separándolos con un quizás antipático, pero necesario, muro de pago. De esta forma el discurso me parece que sale más seguido, es un único más coherente que luego cada uno decide si quiere leer solo en parte -una parte ya de por sí, espero, interesante- o en su totalidad.
Tomo prestada también a
la idea de hacer un mini índice al principio, para que sepas qué te espera.Aquí hablamos de:
El Carnevale de Ivrea (violencia vegetal)
Ivrea y la Olivetti: esto no es la Fiat
El autobombo y los enlaces que no pueden faltar
El mapa gastronómico de la provincia de Torino y el de la ciudad de Torino actualizado (para suscriptores pro)
Ivrea, el Carnevale de las naranjas
En Italia se vive el Carnaval de forma distinta según la ciudad: está el hortera de Venecia, el desfile de carros de Viareggio, los disfraces coloridos de los alpes friulanos o los contrastes de los carnavales de Sardegna.
En Ivrea, una pequeña ciudad al norte de Torino, hay un carnaval histórico muy vivido y sentido. Es conocido por su batalla de la naranjas, pero tiene alrededor todos unos rituales y eventos muy interesantes.
Organizado alrededor de los rioni (barrios), puede recordar al Palio di Siena, por cómo es sentido, a la Semana Santa de Sevilla, por la actividad alrededor de un nñucleo de barrio, o a los Sanfermines de Pamplona por algunas reglas estéticas.
El origen del Carnaval de Ivrea es una mezcla del trastoque característico del carnaval, donde se cambian los roles sobre todo entre arriba y abajo, de leyendas pseudo históricas (la hija del paisano sobre la cual el señor local quiere ejercer el ius primae noctis - uno de los mayores invent del Medioevo, y si no me crees a mi, cree a Alessandro Barbero si entiendes el italiano) y de recuperación moderna de la tradición.
En resumen, se representa la rebelión del pueblo contra los potentes. El poder es el de los soldados que están en los carri da getto, y el pueblo se organiza en grupos de aranceri. Los carri da getto son literalmente carros de tiro, porque es desde donde se tiran las naranjas hacia abajo. Los aranceri son los de a pie, que en la plaza tiran las naranjas a los que están en los carros. Los carros van desfilando por la ciudad, y en las plazas están los aranceri que los esperan para acribillarlos a naranjas.
Para ser arancere tienes que ser residente, apuntarte en una de las asociaciones, pagar la cuota (unos 120€ para tres días) y hacerte con el uniforme correspondiente. Unos ejemplos de asociación de arancieri: Asso di Picche, Diavoli, Scacchi, Tuchini del Borghetto…
Para asistir, aunque no participar, hay que llevar un gorro rojo: debería ser el gorro frigio, símbolo de la revolución francesa, pero con que sea algo rojo es suficiente. Si no lo llevas, ¡te tirarán naranjas!
El acceso a la ciudad, el domingo de Carnaval (este aó el 2 de marzo) es de pago para los no residentes, y cuesta unos 15€. Una forma de minimizar el caos. Me dice Silvia Mondino, amiga eporediese (para los que coleccionaís gentilicios bonitos) con la que ya me unen demasiadas coincidencias, que es un espectáculo que merece la pena ver al menos una vez en la vida.
Por supuesto hay también un lado gastronómico: los domingos antes de Carnaval se hacen fagiolate en distintas zonas de la ciudad. Organizadas con la contribución de los ciudadanos, se distribuyen platos y ollas de fagioli grassi: alubias pintas guisadas con salamelle (¿chorizo blanco?), tocino y más olores.
Abajo, un NoDo del 1934 con las celebraciones de una fagiolata en Santhià, a pocos kilómetros de Ivrea. Como en muchos otros sitios cristianos, el Carnaval era época de comer cerdo y dulces fritos, antes de que llegaran los recortes de la Cuaresma.
Volviendo a los aranceri, parece que los primeros equipos de combatientes se formaron en el barrio obrero de la Olivetti, en 1947.
Ivrea y Olivetti, el anti Agnelli
No sé si te sonará, Olivetti. ¿De qué año eres?
Para mi, Olivetti es ante todo una máquina de escribir. Más concretamente, la Lettera 32 verde turquesa con la que aprendí a mecanografiar. Hasta los 12 años escribí textos de canciones (de los Beatles primero, de Depeche Mode después) y de recetas, listados de recetas, organizadas por portada, por orden alfabético o por temporada. Luego en 1985 llegó el Macintosh Plus y mi vida mejoró mucho.
Esa Lettera 32 no sé dónde está: mi madre dice que le perdió el rastro en 1997. Es pura nostalgia, jamás volveré a teclear manualmente. Pero las Olivetti fueron las primeras máquinas de escribir italianas, y mucho más.
Olivetti, la empresa, nació en 1908, fundada por Camillo Olivetti, de familia de tradición valdense (algo relativamente común en el noroeste de Italia). La ética valdense tiene cierto parecido con la protestante: la importancia de los actos prácticos, la responsabilidad con la sociedad y con hacer el bien. Esta ética se sublima con el hijo de Camillo, Adriano, cuando toma el control de la empresa en los años ‘50 del siglo XX.
Adriano Olivetti pone en práctica sus ideales de comunidad, y de superar la división entre producción y cultura. Era un hombre de su tiempo, igual que el Isaac Diaz Pardo de Sargadelos. La fábrica como lugar de producción y de culturización, donde los trabajadores no son solo manos de obra, sino miembros de una comunidad que les da educación y actividades. Se organizaba no solo el trabajo, también la vida de los trabajadores estaba pensada para que llegaran a un nivel de felicidad que generara eficiencia. Hay guarderías de vanguardia para les hijes de les trabajadores, cerca de las oficinas, y estructuras deportivas, clubs sociales, programas de viajes para jubilados. Trabajar para la Olivetti -en la fábrica o en las oficinas- implicaba un mejor nivel de vida y creaba un sentimiento de afiliación. Una visión que ahora podemos considerar paternalista, pero que no deberíamos dar por descontada. En aquellos mismos años, a pocos kilómetros de Ivrea, se desarrollaba la Fiat de Agnelli, una experiencia bien distinta.
Olivetti (Adriano) no se centraba sólo en la técnica de la realización de las máquinas de escribir, también en todo lo que estaba alrededor. Para realizar la Città Olivetti llama a trabajar a grandes arquitectos del ‘900, haciendo que Ivrea se convirtiera en la Meca de la arquitectura moderna para los arquitectos italianos de la época.
La Olivetti ya no existe como empresa. En los años 80 no se tomaron las decisiones correctas, tirando hacia los calculadores y no hacia la informática personal. Pero la Città Olivetti sigue ahí, y en 2018 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Busca en Google Maps el Palazzo Uffici Olivetti, o la Talponia, el complejo en forma de C semisubterráneo donde se alojaban arquitectos y artistas en visita, o míralos en la página oficial de Ivrea Città Industriale.
Estoy segura de que los arquitectos que me leen tendrán en mente otra obra relacionada con todo esto: el Negozio Olivetti de Venezia, obra de Carlo Scarpa. Ahora es un museo, propiedad del FAI (Fondo Ambiente Italiano) y se puede visitar. Al final, sin querer, hemos acabado otra vez en Venezia.
Próximamente y autobombo
★ Las últimas publicaciones en la web:
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Italianidades variadas
★ En Serious Eats, una receta de pasta al horno fácil y golosa This Classic Italian Pasta Dish Is the Adult Way to Eat Ham and Cheese
★ Me gusta cuando escribe de Italia, porque lo hace con una mirada externa que siempre resulta interesante:
★ En los restaurantes de fine dining italianos también hay platos de pasta, por supuesto, y a menudo más de uno. A menudo están al final del menú, y en formato pequeño (20 gramos!) igual que los demás. Ecco perché molti chef servono la pasta alla fine del menu
Cafeína, tabaco, alcohol y otras drogas
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Cosas que deberían preocuparnos, o no
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★ Mátame camión, versión espacial. El riesgo de impacto del asteroide 2024 YR4 es ya el mayor jamás pronosticado
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★ No sabía nada del Barajas de acogida, y estoy horrorizada. El número de personas que duermen en el aeropuerto de Barajas se multiplica por 10: “Veo más gente peligrosa”
y para terminar
Hasta aquí la newsletter en abierto. Para los sucriptores cariñosos, el mapa de la provincia de Torino, y el mapa de la ciudad de Torino actualizado.