#79 Genova
La escuela genovesa, los palazzi dei Rolli y platos genoveses que se han quedado en España. Y después: ideas variadas como siempre
Genova es caruggi y crêuze, es De André, es focaccia mojada en el café, es un puente que se cae, es una manifestación callada con sangre que marcó una inflexión en el activismo político. Los caruggi son los callejones que van por el casco antiguo, angostos y con encanto. Las crêuze son los caminos que bajan de las colinas a la ciudad. Genova está abajo, al final de la cuesta, con las montañas a las espaldas y el mar de frente. Ya que estamos aquí, haz un ejercicio: abre el Maps aquí y mira cómo son las playas, ve hacia este y observa esas sombrillas tan regulares. Al final en la parte de Ideas te cuento de cómo funcionan las playas italianas (y de la polémica que ha habido este verano).
Genova es música. Aquí nació la escuela genovesa, una nueva forma de hacer canción de autor en los años 60: Fabrizio De André, Luigi Tenco, Gino Paoli, Bruno Lauzi. Después llegarían Ivano Fossati, los Matia Bazar y ¡los Ricchi e Poveri! También Sabrina es genovesa, y si sigues Sanremo te sonarán Arisa, Annalisa y Alfa.
Y hablando de Sanremo -el festival- la próxima vez que pienses que una canción es muy mala, piensa también en cómo puede afectar al cantante: Luigi Tenco se suicidó el 27 de enero de 1967 unas horas después de que su canción fuera eliminada. Dejó un mensaje:
"He amado al público italiano y le he dedicado inútilmente cinco años de mi vida. Hago esto no porque esté cansado de la vida -todo lo contrario-, sino como acto de protesta contra un público que lleva a Io, tu e le rose a la final y a una comisión que selecciona La rivoluzione. Espero que sirva para aclararle las ideas a alguien. Adiós, Luigi".
Le faltó añadir “sin rencor, eh”.
Aunque no se sabe con certeza qué pasó, parece que Luigi Tenco no estaba en un buen momento, y ese fracaso fue la última gota.
Los Palacios de los Rolli y los Rolli Days
Las Repúblicas marítimas (Repubbliche marinare -Amalfi, Venezia, Pisa y Genova las cuatro más conocidas) habían hecho del Mediterráneo su lugar de comercio y poder. Después del descubrimiento de América (por un genovés por cierto -no quiero saber nada de las locas teorías que lo hacen nacer en las Rías Baixas) había que mejorar las relaciones diplomática con las otras naciones, y así fue como a finales del siglo XVI se creó, en la República de Genova, el sistema de los Palazzi dei Rolli.
Los Rolli eran un sistema de hospedaje para acoger embajadores y comerciantes importantes. Había un Palazzo Ducale -el palacio del Duce o Doge, algo así como el primer ministro de la república- pero no era suficiente. Se pidió entonces a todas las familias nobles que pusieran a disposición un edifico para este fin. Se extraía a suerte a quién le tocaba recibir los invitados, haciéndose cargo también de todos los gastos derivados. Para codificar de este sistema se prepararon unos listados de estos edificios, los “ruoli” que se convirtieron después en “rolli”.
Desde 2006 este conjunto de edificios es reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mondiale dell’Umanità, el nombre oficial es “Le Strade Nuove e il sistema dei Palazzi del Rolli”. Son 42 palacios, de los más de 100 que aún existen. Muchos son sedes de empresas, oficinas o viviendas privadas, pero otros muchos se pueden visitar todo el año. Tres de los Palazzi dei Rolli son museos: Musei di Strada Nuova, la Galleria Nazionale de Palazzo Spinola, y el Museo di Palazzo Reale.
Para poder visitar los Palazzi dei Rolli existen los Rolli Days. Un fin de semana en el que se pueden visitar decenas de estos palacios, acompañados por conciertos, espectáculos y otros eventos. Este año serán 14-15 e il 21-22 settembre.
Aquí puedes ver todos los Palazzi dei Rolli: I Palazzi
Aquí puedes ver su Instagram: @rolliestradenuove_genova
Aquí el mapa de los Palazzi dei Rolli: Palazzi dei Rolli UNESCO
Puedes ver cuándo será la próxima edición en la web Rolli Days
Más allá del pesto y de la focaccia: ¿qué ha hecho por nosotros Genova (cit.)?
Más allá del Atlántico la cocina genovesa se hizo fuerte hasta conseguir que fainá, tuco, pascualina, cima y pandulce sean platos nacionales argentinos y uruguayos , pero no quería yo irme tan lejos.
Hay un lugar donde, en pequeños despachos callejeros, se sirven cucuruchos de pequeño pescado, frito en harina de garbanzos, y masa de harina de garbanzos horneada. En ese mismo lugar son típicos unos fideos aplanados, llamados trenette (o linguine o bavette). Ese lugar es Genova, pero bien podría ser Cádiz.
En Genova esos lugares son las sciamadde (sciamadda = fiammata = llamarada): agujeros en la pared donde todo gira alrededor del fuego del horno de leña. Allí se sirve farinata (fainâ en lígure), panissa (la misma masa pero frita), tartas saladas como la Pasqualina y fritura de mar.
En Cádiz hay panizas -fritos de harina de garbanzos-, babetas con caballa, y se fríe el pescado con harina de garbanzos para mantenerlo crujiente. En todo el mar Tirreno además, de Liguria hasta Sicilia se hacen frittelle di gianchetti (o bianchetti), tortillitas crujientes con chanquetes. El nombre español evidentemente viene del italiano -gianco es blanco en genovés, por el color que tienen los pececillos. No son camarones, pero…
Justo al escribir esta newsletter salió este artículo de Helen Santiago en El Comidista Carta de amor a las tortillitas de camarones: su historia y dónde tomarlas que confirma el posible orígen genovés de las tortillitas de camarones:
Una vez tenemos claro que su acento es gaditano, es hora de arrojar un poco de luz sobre su origen. Según el historiador gastronómico Manuel Ruiz Torres, su procedencia podría estar en los genoveses que llegaron a Cádiz a mediados del Siglo XIII. “Hacían distintas recetas con harina y agua. Una de ellas eran unos buñuelos o tortitas que se llamaban frisciêu y se hacían con verduras, bacalao o morralla de pescado. Se aceptaron enseguida porque ya se freían en Cádiz ingredientes rebozados en una especie de papilla, las talvinas, de herencia andalusí”. Pero mientras en estas rebozaban trozos enteros, los genoveses lo hacían con los ingredientes muy picados, echados a la sartén a cucharadas. “En algún momento se añadieron los camarones, muy abundantes en las salinas de la Bahía de Cádiz. Creemos que debió ser alrededor del siglo XVI”.
Y es que Cádiz es para mí la más italiana de las ciudades, por cómo se reconoce el legado de todos los que pasaron por ahí y que algo dejaron.
Más Liguria
Recetas lígures que he publicado:
Polpettone alla genovese
Stroscia
Próximamente y autobombo
En El Comidista Raúl Novoa ha publicado este artículo sobre la reciente manía de focaccias en España -salgo yo recomendando tres en Galicia: Las mejores focaccias: guía para encontrar el pan italiano del momento
El próximo día 20 sale la newsletter para mecenas con la guía gastronómica a Genova y su provincia: sciamadde, hornos, ostaias y mucho más.
Los artículos del New York Times tienen paywall, pero puedes leerlos íntegros y gratis con uno de mis enlaces de regalo. ¡Ojalá El País hiciera lo mismo!
Lo de las playas
Si has estado en una playa italiana en verano, es probable que hayas encontrado zonas acotadas con tumbonas y sombrillas. Es muy común que se ceda el uso de una parte de la playa a establecimientos privados. Hasta aquí, piensas, bueno, ¿qué daño hace que una parte de la playa esté dedicada a esto? El problema es que a menudo, por no decir casi siempre, los establecimientos cierran a cal y acanto su zona —a menudo en la parte mejor de la costa— y no permiten el paso a quien no alquile su parcela. Los precios, además, han subido mucho estos últimos años.
La ley italiana dice claramente que existe “el derecho libre y gratuito de acceso y uso de la orilla, incluso con fines de baño” y además “es obligatorio para los titulares de las concesiones consentir el libre y gratuito acceso y tránsito, para poder alcanzar la orilla delante del área incluida en la concesión, incluso con fines de baño”1.
Esto es Italia: la ley puede decir una cosa, la realidad puede ser otra. La triste realidad es que, en algunas regiones, es difícil bañarse sin tener que pagar, y las llamadas “spiagge libere”, las playas gratuitas, son a menudo verdaderos estercoleros. Ah, lo que dice que tienes derecho a pasar: suerte. Tenerlo lo tienes, otra cosa es que el día que quieras estar tranquilo en la playa te apetezca pasarlo discutiendo con energúmenos o aguantar malas miradas. Asociaciones como Mare Libero luchan contra esto, ojalá consigan cambiar algo.
Aunque esta situación lleva décadas así, ha ido empeorando en los últimos años, y se está hablando más del tema. Ahora el Gobierno quiere sacar las concesiones a concurso público -hasta ahora eran negocios familiares que se iban heredando automáticamente. Aquí unos cuantos artículos:
★ Los establecimientos balnearios hicieron huelga (el Gobierno quiere sacar a concurso público las concesiones). De 7:30 a 9.30. Las playas privadas de Italia van a la huelga contra la revisión de concesiones
★ La visión del Guardian Sea, sand and sky-high fees: Italians tussle over their right to lie on the beach
★ Interesante números -indica el porcentaje de costa arenosa de libre acceso. Ojo que hay también mucha costa de roca, que no está incluida.
★ En el New York Times hablan de otra cuestión espinosa en la playa: algunos establecimientos en Puglia han prohibido a los clientes llevarse la comida. No, no estamos hablando de un bocadillo… Italians Fight for the Right to Feast on the Beach
Hispanidades
★ Me ha llamado la atención este artículo del New York Times sobre locales en La Rioja porque se sale bastante de los tópicos más cansados. Want a Rich, Rustic Taste of Spain? Head for the Hills of La Rioja.
Del comer y del beber
★ No conocía la existencia de los British Restaurants, instaurados en los años 40, para ofrecer comida a buen precio. ¿Te imaginas algo así ahora? Calls for return of Churchill’s national restaurant service to tackle food inequality
Otras cosas
★ Este artículo de Sergio C. Fanjul ha causado unas cuantas conversaciones en casa. Se habla de democratización de la cultura, de cultura alta y de sub cultura, del privilegio del conocimiento -y cada vez que se abordan estos temas me parece que el peligro al final es un “todo vale” que no, mira, no todo vale. Una cosa es que se dejen de poner puertas a la cultura, otra que cualquiera pueda decir “cultura es esto (traducción: lo que me gusta a mí)”. El conocimiento (que es cultura) sí es un valor en sí mismo, y aunque no estemos de acuerdo con la totalidad de lo que debería estar en ese gran saco una cosa para mí está clara. Sin esfuerzo no hay conocimiento, y algo que todos podemos hacer es esforzarnos en mejorar -evidentemente cada cual según sus posibilidades y su punto de salida.
Algo parecido resonó en mí al escuchar a Vera Gheno en el podcast Amare parole: “los riesgos están en la convinción de que el conocimiento pueda tener un coste bajo, obtenido sin esfuerzo y sin empeño” (traducción mía). Ser cultureta cada vez mola menos: las alucinantes metamorfosis del capital cultural
★ Me he perdido todas las reposiciones de Montalbano en la tele, pero me pongo al día en un pispás. Verano en Vigata
Para terminar
¿Una mezcla de Lost y Un Lugar Tranquilo? No pinta de maravilla, pero me encanta Donald Glover.
Gracias por leerme una vez más.
Traducción mía, de este artículo: https://www.diritto.it/i-diritti-dei-bagnanti-spiagge-libere-e-diritto-di-accesso-al-mare/
Qué pena de polémica abortada! ( Me refiero al trabajo de Fanjul). Respondido por Sergio del Molino, Hipólito Ledesma y Olmos, pero el recorrido pudo ser mayor.
Un placer leerte con sombrero y bajo la sombrilla. Apuntado e la lista de destinos pendientes.