Nos ponemos muy profundos con los alimentos, la proximidad, la sostenibilidad, la justicia y loquesea, pero -perdón por la frase hecha (iba a decir manida, pero me pareció peor)- el ojo también quiere su parte.
La confección de los alimentos, el diseño y el packaging, me fascinan. Sí, me interesan los desarrollos técnicos del packaging: los brick de zumo con pajita (que ahora ya queda fea), las tapas de los botes que no necesitan mucha fuerza, las conservas de pescado con esa tapa de papel/metal… Pero hoy quería hablar de diseño: las cajas, los papeles, la tipografía.
La semana pasada descubrí la cuenta de instagram de Carte di pasticceria (papeles de pastelería): hay algo hipnótico en esa colección de logos repetidos, esos papeles tan familiares en Italia. Los domingos -no todos los domingos, pero muchos domingos- son el día delle pastarelle. Así se dice en Roma, pero el concepto es nacional: por la mañana vas a dar una vuelta y antes de volver a casa pasas por la pastelería y te llevas un cabaret di paste (cabaret en este caso está por bandeja). Paste o pasticcini, lo importante es esa bandeja que se lleva a casa -o a tu anfitrión si estás invitado a comer- y que después de la comida se abre con enorme gula.
La primera persona a la que envié el enlace de Carte di pasticceria fue Rosa Molinero -con la que comparto (creo) pasión por el coleccionismo, la repetición y la comida, pero ella además ha escrito sobre las pegatinas de fruta y coleccionismo, los envoltorios de los cítricos y los rótulos de las tiendas de España. De hecho, ella es quien alimenta la cuenta Rótulos del comer (para más cuenta de ese estilo puedes empezar a mirar Retreros, Sevilla Tipo, Galicia Tipográfica o Tipos de Galicia, pero cuidado, ¡es un agujero sin fondo!)
Los papeles de las tortas de aceite
Yo me limito a coleccionar papeles de tortas de aceite.
Cuando las descubrí en Sevilla, me quedé prendada. Aun ahora me parece uno de los mejores dulces tradicionales de los fácilmente accesibles. Las más conocidas son las de Inés Rosales, pero en la provincia de Sevilla hay muchas marcas más. San Martín de Porres (Écija) y Gaviño (Espartinas) son las más conocidas probablemente, pero luego muchos obradores locales tienen las suyas. Todas con el mismo tipo de papel parafinado, blanco con escrita azul.
Yo me preguntaba el por qué, si había una razón práctica. ¿Quizás cuando se empezaron a hacer éra posible imprimir sólo en azul? Es una explicación absurda, pero no se me ocurría otra.
Hasta que, después de publicar mi colección de papeles enmarcados, Inés Rosales se puso en contacto conmigo. Bueno, su nombre era Nieves y era la responsable de comunicación, pero por qué entrar en estos detalles. Tal era mi entusiasmo con las tortas y sobre todo su papel que nos invitó a visitar la fábrica en Castilleja de la Cuesta, en el Aljarafe sevillano.
Diciembre 2011, allí nos plantamos. Muy interesante ver la cadena de montaje espachurramiento formación de las tortas (a mano, de una en una: ¡piénsalo la próxima vez que pruebas una!) pero lo realmente especial ocurrió al final. Especial por imprevisto y casual: los responsables de la empresa nos sacaron los archivos gráficos -en la foto de abajo el papel más antiguo que conservan- y empecé a preguntarles el por qué de ese color.
Nos contaron que aunque las tortas de aceite fueran algo tradicional en toda la zona, fue Inés Rosales la que propiamente las comercializó, y tal fue su éxito que los demás la fueron imitando en todo: la forma de empaquetar, la gráfica… y además cada vez que Inés Rosales cambiaba algo, cambiaban los demás.
Bien, pero ¿y el color? Ahí es cuando contaron, con toda naturalidad, que tendría que ver con el barrio donde se fabricaban las tortas al principio: el barrio de la Virgen, en Castilleja. Porque Castilleja está dividida entre azules y rojos, entre la Virgen (de la Inmaculada Concepción) y el Apóstol (Santiago), la Hermandad de la Calle Real y la Hermandad de la Plaza. Puedes ver la historia entera, mejor contada, en este artículo de Jorge.
Era algo tan simple: la primera que puso en circulación las tortas eligió el color por su barrio (vamos, que si era del Betis habría sido verde) y detrás fueron todos los demás. Así de simple, así de genial, y así de desconocido. Aun a día de hoy creo que en la web de Inés Rosales no cuentan esto, una verdadera pena porque es algo que tiene un sentido real en la historia de ese producto.
De diseño y de comida escribiré algo más, pero para hoy es suficiente, porque hay que dar paso a los enlaces.
★ A partir de junio si vas a Venecia en el día tendrás que pagar una tasa turística. Vamos, una entrada. Es solo la (triste) confirmación de que Venecia es un museo, aunque me temo que la medida era necesaria.
★ A propósito de Venecia, antes de la Biennale hubo Homo Faber, un evento bienal también en la Fondazione Cini que gira alrededor de la artesanía. Ojalá haber estado allí.
★ Y a propósito de turismo y hostelería, este mapa de la ‘ruta de los horrores’ de las terrazas de Madrid acojona un poco.
★ Por lo visto una tiktoker ha dado a conocer al mundo que en los McDonald’s italianos hay Parmigiano Reggiano -en los menús infantiles o como snack. Allí lleva desde 2008! Y a propósito de snack de Parmigiano en sitios poco obvios, la foto de abajo la hice en una máquina expendedora en la estación de tren de Pordenone en enero de 2009: entre mierdas Kinder varias, la opción crackers Mulino Bianco y Parmigiano Reggiano. El mundo es maravilloso.
★ ¿Helado di Pan di Stelle? Lo han hecho, sí. Para otra newsletter apunto “hablar de los helados italianos.
★ ¿Con chorizo todo mejora? Casi todos dirán que sí en España (menos los valencianos por ese asuntillo de la paella). Julia Laich en El Comidista me cita por mi pizza con grelos ❤️🍕.
★ Leo tarde este largo e interesante artículo de María Fernández en El país Semanal sobre los dueños de los restaurantes vip españoles. Interesante porque nos da una visión más compleja de la realidad hostelera.
★ El baile del aguacate espachurrado.
★ Debbie Harry, 76 años. Diosa.
★ Ciencia ficción china, traducida desde el chino? Yo creo que voy a probar. Subrayo lo de ‘traducida desde el chino’ porque es aún muy común que algunos idiomas se traduzcan desde otra traducción (normalmente el inglés, porque imagino hay más traductores de todo al inglés). Siguiendo el hilo de este libro aprendí que Agustín Alepuz Morales ha traducido ya unos cuantas novelas.
Un alto uso de Internet puede influir sobre muchas funciones del cerebro. El flujo ilimitado de avisos y notificaciones nos empuja hacia una atención dividida, que luego puede disminuir nuestra capacidad de concentrarnos en una única tarea. (…) Para minimizar los efectos adversos del uso multitarea de Internet, sugiero practicar mindfulness y concentración, además de técnicas de ‘higiene de Internet’ ( como reducir la multitarea online, los comportamientos automáticos y la actividad a última hora del día, además de tener más actividades en persona).
No puedo llegar al nivel de la capibara pedorra de la semana pasada, pero este oso que juega con una roca me parece entrañable también.