#78 y P/aNNa 24-07 Venezia
La tristificación se inventó en Venezia; tres libros que leer (y uno que no); tres islas para visitar. Para mecenas: mapas de Veneziaactualizado y de la provincia.
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Esta semana es la semana grande de Santiago: han empezado las fiestas del Apóstol, una época en la que difícilmente nos aventuramos por el casco viejo si podemos evitarlo. Hay mucha gente, muchos grupos, por las calles estrecha se va a paso de caracol y las probabilidades de que en al puerta de una tienda me paren para ofrecerme un trozo de Santiago cake son muy altas. Es lo que tiene ir por el mundo con esta pinta de nórdica.
Tengo, sin embargo, la sensación de que el centro está algo menos atascado de lo normal. Después del verano de pesadilla que fue 2021, y 2022 no quedaba lejos, este 2024 es… ¿tranquilo? La hostelería se queja -los entiendo- y por una vez creo que tienen razón: hay menos gente por la calle, menos en los locales.
No soy ninguna fina analista, pero se me ocurre de que se han juntado dos tempestades: tenemos menos dinero para gastar y somos más conscientes de la turistificación.
Lo del dinero. No estamos en crisis tal y como era la de 2008: el trabajo se mantiene, de hecho los números son impresionantes, y por eso no tenemos una sensación de angustia y amargor constante como etonces. Sin embargo, nuestro poder adquisitivo ha bajado -hay quien dice incluso un 28%- y de dónde no hay no se puede sacar. Salimos a la calle, pero si antes parábamos siempre a tomar algo, ahora lo hacemos 2 veces de cada 3. No renunciamos a comer fuera, pero escogemos antes un sitio donde no gastemos más de 25€, y aun así en vez de salir 8 veces al mes salimos 5. Yo misma me doy cuenta de que lo estoy haciendo, al margen de las salidas de trabajo. Los precios en hostelería no paran de subir, y no digo que no tengan que subir: pero yo, en un año de trabajo muy bueno, me niego a pagar 2,60€ para una caña cualquiera en Santiago. Caña que hasta hace dos meses estaba a 2,50€, hace un año a 2,30€ y hace cinco a 1,80€. El café en Santiago ya está por defecto en 1,50€ -un café cualquiera, incluso malo- y me han llegado a cobrar 1,70€ en una terraza del montón del Ensanche. Estas subidas se notan porque aunque pequeñas (10 céntimos) son frecuentes, casi cotidianas. En las comidas más de lo mismo: de repente saltas de alegría si pagas menos de 25€ -y los de Madrid o Barcelona os estáis riendo seguro porque allí es directamente ciencia ficción. Cualquier sitio nuevo que abre se posiciona en un ticket de 45€ para arriba, y es que los costes han subido… repito, no discuto (ahora) si es razonable o no: pero yo tengo el mismo dinero que hace dos años y no puedo gastr más.
Lo de la turistificación. Esta teoría quizás sea solo un sueño en mi cabeza, pero quizás que llevemos más de un año escuchando hablar de overtourism y de protestas en los medios empieza a hacer mella. No dejas de viajar, pero. Igual te planteas otro destino. O una vacación distinta: alquilas una casita y ya. Entre eso y que el dinero da para menos, se juntan las dos cosas y… No sé, no lo veo tan descabellado.
Lavinia Martini escribía en su newsletter del 24 de mayo (se llama Un’altra maledetta newsletter, no tiene archivo y te puedes apuntar aquí) sobre el ascenso de los movimientos en el mundo contra el turismo:
En el mundo se multiplican los movimientos desde abajo contra el turismo. Ojo: este es un cambio epocal. El mito del turismo infinito se basa en dos presupuestos sólidos. La satisfacción individualística (viajar para estar bien, para vivir mejor, para desconectar del trabajo) y el beneficio económico de las comunidades (que ganarían por de forma directa e indirecta por los flujos turístico y no pueden morder la mano que les da de comer). Estamos en una fase crucial en las que ambos asuntos son desmentidos. Porque viajar es cada vez más costoso, estresante y difícil sino eres rico. Y porque no es verdad que las comunidades locales traigan infinitos beneficios del nacimiento de nuevos flujos. De hecho a menudo se ven empobrecidas de beneficios, de tierra, de derechos y a veces del acceso a bienes y paisajes de los que siempre han disfrutado. Es curioso como esto esté naciendo alrededor de los contestos más únicos y frágiles: las islas. Hay movimientos en Baleares, en Canarias, el año pasado en las islas griegas. Pero no faltan procesos más estructurados en ciudades y destinos turísticos de todo tipo. Todo esto es importante y será decisivo para los próximos años aunque de momento no está claro cómo. (Lavinia Martini, Un’altra maledetta newsletter, 31 maggio 2024)
Todo esto me lleva a la reina de la tristificación, el sitio que quizás ha inventado la turistificación hace más de 30 años. Venezia antes que cualquier otra ciudad en el mundo, tuvo que enfrentarse a la complejidad de ser un lugar único. Construida en el agua, sin carreteras ni coches, con unas dificultades para la vida moderna que también eran su atractivo y que facilitaban que se transformara en una ciudad-museo. Cuando estudié y viví allí, entre 1991 y 1997, era algo de lo que ya se hablaba con preocupación, y puedes imaginar cómo la situación se ha desmadrado desde entonces. Naves de crucero gigantes que entran en el canal de la Giudecca, vuelos asequibles, Airbnb, si antes para los venecianos era difícil quedarse a vivir en las islas -un clásico allí era independizarse y montar familia en terraferma a Mestre- ahora es una utopía.
Hoy os propongo tres autores para pensar en Venezia de forma distinta (y uno que no deberíais leer jamás) y tres islas para entender mejor el microcosmos lagunar.
Lecturas venecianas
Las ciudades invisibles hablan y no hablan de Venezia. Los lugares lejanos de los que Marco Polo habla al Kublai Khan existen y no existen: al leer su descripción te acuerdas de alguna ciudad que has visitado. Leído ahora es como un ChatGPT analógico, de hecho me pregunto si a alguien no se le ha ocurrido crear imágenes con las descripciones de Calvino. Me quedo con el final, que suena muy apropiado en el contexto de esta newsletter:
E Polo: - El infierno de los vivos no es algo que será; si existe, es el que ya está aquí, el infierno que habitamos todos los días, el que formamos estando juntos. Hay dos formas de no padecerlo. Una es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de ello hasta que no lo vemos más. La segunda es arriesgada y exige atenciones y aprendizajes continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en el infierno, no es infierno, y hacer que dure, y darle espacio. [Traducción mía]
Italo Calvino, Le città invisibili (traducción al castellano: Las ciudades invisibles)
En 1981 Ian McEwan escribió lo que ahora yo describiría como “una fábula para ´guiris”. Vas a una ciudad exótica con tu amor en busca de excitación porque las cosas van un poco flojas, encuentras a un habitante del lugar muy simpático, que te lleva a su casa -el sueño húmedo de cualquier viajero, ¿verdad? Es McEwan, no puede acabar bien. Venezia no es nombrada en ningún momento, pero no hay duda de que sea la ciudad en cuestión. En 1991 Paul Schrader hizo una película que recuerdo con poco cariño no obstante un cast muy bueno: Rupert Everett, Christopher Walken, Helen Mirren y Natasha Richardson. La puedes ver en MGM+ a través de Prime.
Ian McEwan, The Comfort of Strangers (traducción al castellano: El placer del viajero)
Tiziano Scarpa es un veneciano doc, nacido, criado y que yo sepa aun residente. Fuimos amigos mientras escribía y publicaba Occhi sulla graticola y esto es lo más cerca que he estado cerca de una creación literaria. Tiziano ha escrito la que es posiblemente la mejor guía de Venezia: te cuenta algo de historia, pero sobre todo te cuenta la Venezia desde los ojos de un veneziano, uno con una particular habilidad fabulatoria. Y bien acaba describiendo Venezia con una palabra: fatàità. El azar, el destino, la casualidad, la palabra perfecta en veneciano es fatàità. La que consigue, por ejemplo, que llegues donde quieres llegar en ese dédalo.
En el libro de Scarpa hay al final un anexo de cuentos y artículos sobre Venezia. Ahí encuentras mi descripción preferida de la ciudad, escrita por Diogo Mainardi, escritor brasileño afincado allí: "Riaddormentarsi a Venezia”
Venezia representa el rechazo de aceptar cualquier forma de innovación. El rechazo es tal que aqui no han logrado afirmarse ni siquiera los inventos primordiales del hombre. El fuego porque la ciudad es rodeada por agua. La rueda por razones igualmente obvias. Los venecianos preferirían vivir entre las ramas de los árboles, si hubiera. [Traducción mía]
Tiziano Scarpa, Venezia è un pesce (traducido al castellano -Venecia es un pez- por editorial minúscula)
¿Y el libro que nunca deberías leer?
Cualquiera de Donna Leon.
Están mal escritos. Quizás hayas leído alguno en español y por eso te extraña lo que digo. A veces una buena traducción mejora mucho el original, es la única explicación que encuentro. En inglés (he leído dos) tienen un nivel de escritura de primaria.
Es racista. Donna Leon traspira racismo y elitismo de todos los poros. ¿Te has fijado en que los malos suelen ser del sur de Italia? Son mal pensados, sucios, mentirosos. No me sorprende que no haya permitido la traducción de su libro en italiano: se arriesgaba a ser tirada aún canal. Aunque ahora vive en Suiza, por algo será.
Islas que visitar
Más allá de Venezia y Giudecca. Después de Murano y Burano. La laguna de Venezia tiene más joyas que visitar, un poco más allá.
Torcello. Tienes que llegar a Fondamenta Nove, al norte de Venezia, y ahí coger el barco a Torcello. Tarda una hora, y desde el embarcadero tienes un kilómetro a pie para alcanzar la basilica de Santa María Assunta. El paseo es agradable, por un camino de ladrillos en espina de pez que discurre a lo largo de un canal. La basilica es anterior a la de San Marcos y se ha mantenido en un estilo simple, cercano a sus orígenes. Ya que estás ahí, quédate a comer -en el mapa te sugiero dónde.
Sant’Erasmo. Si vas al mercado de Rialto o a cualquier frutería es posible que veas que alguna verdura es S. Erasmo: es la isla-campiña de Venezia, a media distancia, más allá de Murano pero más acá de Torcello, Burano y Mazzorbo. Es una isla grande, mírala en Maps: grande y verde. Campos de tomate, lechuga, y sobre todo alcachofas. Aparte de la gracia de que haya una isla-campo, estos cultivos tienen una peculiaridad: el agua es salmastra, las plantas están sometidas a mayor estrés pero, dicen, esto les da un sabor especial.
San Lazzaro degli Armeni. Muy cerca del Lido está la pequeña isla de dónde origina la palabra lazareto (lazzaretto en italiano): aquí en el s. XII se estableció la primera leprosería. Estña visto que en Venezia son especialista en naming, ghetto también es un invento suyo… Pero volviendo a la isla, es interesante por la comunidad armenia que reside ahí desde 1717, y su nombre es Սուրբ Ղազար կղզի. ¿No es maravilloso? Incluso Lord Byron fue ahí a estudiar armenio, porque quién no quiere estudiar un idioma con ese alfabeto maravilloso? Si visitas la isla podrás ver mucho armenio, es un centro cultural que se dedica a imprimir y difundir libros de cultura armenia. Monastero Armeno Mechitarista ՄԽԻԹԱՐ
Más Veneto
Recetas venetas que he publicado:
Polpette di carne (Croquetas de patata y carne)
Bigoli in salsa (Spaghetti con salsa de cebolla y anchoa)
Chiacchiere (fritura de Carnaval)
Zaleti (Galletas de maíz y pasas)
Sobre Veneto he escrito:
Próximamente y autobombo
He publicado una receta en El Comidista: Peperonata agridulce
A partir de mañana esta newsletter se toma unos días para hacer trabajos de manutención y planificación para el año que viene: estaré actualizando los mapas, cambiando formatos, preparando el calendario de 2025 y más cosillas. ¡Vuelvo el 1 de septiembre! Para hacer más agradable la espera te dejo un descuento extra del 10% en la suscripción anual hasta el 31 de agosto.
Los artículos del New York Times tienen paywall, pero puedes leerlos íntegros y gratis con uno de mis enlaces de regalo. ¡Ojalá El País hiciera lo mismo!
Italianidades
★ Para entender Italia, hay que leer este artículo de Íñigo Dóminguez al menos una vez por semana Apuntes de Italia, el país increíble
★ Un plato rico de pasta con calabacines Rachel Roddy’s recipe for spaghetti with courgettes, basil and cheese
★ La amiga estupenda de Elena Ferrante ha sido elegida como mejor libro del siglo XXI, y Cristina Ros te explica Por qué ‘La amiga estupenda’ es el mejor libro del siglo XXI (según ‘The New York Times’)
(aquí la lista: 100Best Booksof the 21st Century)
Hispanidades
★ ¿Quieres arrancarte los ojos? Tris di gazpacho
★ El señor que hizo la denuncia no es santo de mi devoción, pero la multa a Atrio (restaurante con 3 estrellas en Cáceres) es más que merecida: la carta de vinos venía con IVA aparte. Multa al restaurante Atrio por no incluir el IVA en el precio de la carta de los vinos
★ Una teoría parecida, circunscrita a la gastronomía, me la sugirió hace tiempo Pepe Ferrer: los árabes no trajeron su cocina a Andalucía, es que en Andalucía es donde se creó esa cocina. Emilio González Ferrín, historiador: “No hubo una conquista islámica en la Península Ibérica”
Del comer y del beber
★ En Paris 2024 lo de la comida está dando algún problema. Pero me pregunto ¿en los juegos anteriores hablamos de esto? Il villaggio olimpico sarà il più grande ristorante al mondo
★ Nuestra forma de comer está cambiando, y no es a peor: ¿tiene sentido a día de hoy un menú del día de 2 platos más postre? Se está difundiendo un menú del día más ligero, de plato único. El ‘plato Harvard’ amenaza al clásico menú del día
★ En Italia algunos restaurantes están cambiando su negocio: Marzapane por ejemplo se ha convertido en una bakery, abre de 8 a 15 y así no tiene problemas de personal. Marzapane a Roma diventa una coffee bakery: “Così non ho problemi nel reperire personale”
★ Hablando de cambios, el de Pete Wells, el crítico de restaurantes del new York Times. Lo deja: su cuerpo le ha dicho basta. Nosotros le entendemos y sabemos que ese momento tendrá llegar también pronto. After 12 Years of Reviewing Restaurants, I’m Leaving the Table
Para terminar
Gracias por leerme una vez más. A contnuación dejo el mapa actualizado de Venecia y el, nuevo, de la provincia. Nos leemos en septiembre, espero que no sufras demasiado en agosto.