Hoy me voy a meter en dos territorios de los que no soy nada experta: el del arte y el de la música antigua. En este último me moví algo más, aunque fuera a nivel personal.
Al hablar de Urbino tenemos que hablar de historia, de Renacimiento, de pintura y de música. “Y de comida” estarás pensando, que te veo, lector aficionado. De comida no, lo siento, pero la paleo gastronomía nunca me ha interesado mucho, sobre todo en la práctica. Y es que la cocina no viaja bien en el tiempo. Piénsalo: podemos apreciar la música del siglo XV y un cuadro de esa época, pero aunque nos pusiéramos a recrear una receta del Sant Soví es muy probable que no nos gustara para nada.
Urbino es conocida por su Palazzo Ducale, y eso nos lleva a Federico de Montefeltro, el duque en cuestión y a su retrato. Urbino es también, desde 1968, la sede de un conocido festival de música antigua. Y de todo esto voy a escribir hoy.
Si caigo en el nievesconcostrinismo, perdóname. A veces pasa.
Hoy hablamos de:
Federico de Montefeltro, el hombre que inventó el filtro “que no se note que me falta media cara” antes de Instagram
Urbino en el Renacimiento B.S.O.
Tocar la flauta en Urbino en 1981
Federico, haz así como que te falta un ojo
Es probable que este retrato te resulte familiar. Lo pintó Piero della Francesca para Federico da Montefeltro, conde primero y después duque de Urbino entre 1444 y 1482. En realidad es la mitad de un díptico, éste:
Battista Sforza y Federico da Montefeltro son retratados de perfil, uno frente al otro. Visto así, parece sencillamente una elección de composición para representar a los condes de Urbino.
Pero es que a Federico de Montefeltro no hay forma de verlo en otra posición que no sea enseñando el lado izquierdo de la cara:
El otro lado estaba desfigurado, había perdido un ojo y parte de la nariz en un accidente de esos que ocurren cuando eres un caballero y llevas espada. Y así es cómo el duque de Urbino consiguió dejar una imagen de sí mismo que llama la atención pero no desagradable. Hay quien se ha tomado la molestia de reconstruirlo en tamaño real.
Espero que esta historia sea verdad y que haya fuentes que lo cuenten, yo hoy no he podido escarbar más en el asunto porque dediqué unas horas en reconstruir la música que escuchaba Federico.
¿Qué se escuchaba en el Palazzo Ducale? O de la importancia de la contemporaneidad
No tenemos playlist de 1450, pero sí sabemos qué compositores estaban vivos en los años en los que Federico da Montefeltro ejercía de mecenas en su palacio.
Siempre me ha parecido interesante imaginar la contemporaneidad de un artista, y es algo que pocas veces encontramos en museos o conciertos. Es un concepto que aprendí de Umberto Eco cuando en 1990 lanzó Encyclomedia, una enciclopedia multimedia de la cultura del siglo XVI al XIX donde se miraba a la cultura de forma multidisciplinar. Si hablamos de Caravaggio, ¿qué música podía sonar en su época? Mozart, ¿qué libros se publicaban en su época? ¿Y Miguel de Cervantes habría escuchado John Dowland o solo le llegó Tomás Luis de Victoria?
¿Qué música podía ser tocada en las salas del palazzo en 1450? Técnicamente estamos ya en el Renacimiento, pero en un estadio muy temprano. En la música, igual que en la pintura, aún hay mucha influencia del norte: es probable que se interpretara música sacra de Dufay y de Ockeghem, y en los salones se bailara al ritmo de Guglielmo Ebreo da Pesaro. Te he preparado una playlist para que puedas hacerte una idea:
Érase una vez un festival de música antigua
Urbino para mí -y para otros cuatro locos de la música antigua- representa música antes que arte. Desde 1968 cada verano la ciudad se llena de músicos de todas las edades que asisten a los cursos organizados por la SIFD (Società Italiana Flauto Dolce).
Los cursos son para aficionados, los hay incluso para niños. Desde la flauta de pico hasta el clavecín, pasando por cromorno, pipe and tabor, viola o laúd, hay de todo tipo, y también hay clases grupales de coro, consort o de bailes renacimentales.
Ahí estaba yo, en julio de 1981, al séquito de mis padres, aficionados a la música antigua. En nuestra casa no había tele -se rompió en 1979 y no volvió hasta 1990- pero había cromornos, dulzáinas y bajones, además de flautas de pico. Yo fui involucrada también, la flauta no se me daba mal. Acudía a mis clases infantiles y pasaba el día no sé bien cómo por Urbino. Sola, a menudo, porque ellos estarían en sus clases. Yo sabía dónde estaban, supongo que sabía a qué hora tenía que estar en la mensa para la comida o a qué hora acabarían, y el resto del tempo merodeaba por Urbino, tocando mi pequeña flauta soprano. Me hice amiga de Fiammetta y Guido Balestracci, hijos de un conocido flautista italiano. Sergio Balestracci murió hace poco por cierto, con él estudié un año en el Conservatorio de Padova, pero esta es otra historia (de la serie: cosas que he empezado y no he acabado). Con Fiammetta y Guido jugábamos a descubrir tesoros escondidos en la fortezza de Urbino y guardábamos comida de la mensa para llevarla a escondidas al perro que estaba atado en el patio del colegio Giovanni Pascoli. Unos veranos en puro estilo Los Cinco, que a partir de 1983 se transformarían en otras aventuras, cuando mis padres decidieron organizar ellos mismos un curso de especialización musical con algunos profesores conocidos en Urbino. De ahí salió el curso de Polcenigo, y es como hasta 1992 estuve rodeada de música antigua.
De los veranos en Urbino tengo otro recuerdo muy claro: las crescias que cenábamos a menudos en las terrazas. Pero de la comida de Urbino (y de Pesaro) te cuento más la semana que viene.
Próximamente y autobombo
★ Quedan algunas plazas para el workshop de pasta en Bilbao: el domingo 30 de marzo haré un workshop un poco distinto en La Manducateca. Empezamos con una cata a ciegas de distintas marcas de pasta, para intentar finalmente contestar a la pregunta: ¿qué pasta es buena?, poniendo sobre todo un porqué. Después, una cata de formatos de pasta distintos (estos todos buenos) para ver qué diferencias hay. Acabamos con un pequeño picoteo de la Mandu. Hay algunas plazas disponibles, el precio es de 45€ (35€ si eres suscriptor de pago, puedes hacerlo ahora mismo) y puedes apuntarte enviándome un mensaje con tu nombre completo y un móvil de contacto.
★ En Directo al Paladar he hablado de La Bulanxerí, mi panadería de cabecera: La panadería de tres amigos que dejaron el cine para revolucionar Santiago de Compostela con pan francés y croissants
Te recuerdo que puedes ver todas las recetas que he publicado (en web, newsletter o Comidista) aquí.
★ Las anguilas (y las angulas) están desapareciendo, y aunque desde el mundo científico se avisa de que es necesario el paro de cualquier tipo de pesca, la Unión Europea sigue prorrogando el permiso de captura. Es verdad que comer angulas (y anguilas) no es ilegal, pero se está volviendo poco ético. Las últimas noches de la angula: así vive el sector la incertidumbre de un manjar único
★ El secreto del encanto de las angulas está, me temo, en su precio. El lujo se escuda en la calidad, pero en realidad es exclusión. Porque ¿cómo puede ser de bueno un pesto para costar 1000 euros el kilo? Cosa ha di speciale il pesto da 1000 euro al chilo?
★ Hablando de pesto: Rachel Roddy ha probado los pestos de supermercado para el Guardian. En El Comidista marcamos tendencia, está claro. ‘It honks a bit’: Rachel Roddy tests the best (and worst) supermarket pesto
★ Si queremos hablar de calidad, de placer y de sostenibilidad, hablemos entonces de casquería. Si no eres vegano, pero crees en un consumo responsable, consumir lo más posible de un animal es lo más sostenible. Crece el consumo de casquería: de provocar rechazo a ser un producto en alza en España
★ En este artículo hablan de cómo el futuro de internet están en las comunidades más pequeñas, entornos donde poder tener relaciones más personales y experiencias cuidadas. Un poco como los panepanners, diría yo. The future of the internet is likely smaller communities, with a focus on curated experiences
★ Noticia científica 1: eso de que la miopía se hereda era una trola, haber empezado a leer a los 3 años probablemente sea el culpable de mis gafas y sacar los niños al aire libre es lo mejor. Shortsighted Taiwan may have lessons for the world as a preventable disease skyrockets
★ Noticia científica 2: un hijo te lo cambia todo, LITERAL. Women With Postpartum Depression Experienced Brain Changes During Pregnancy, Study Finds
y para terminar
(yo creo que sale mejor si echas agua caliente en el depósito - aquí lo cuento)
La próxima semana, viajamos al presente y a la cocina de la zona de Pesaro y Urbino.
Mientras musicalizo mi mañana al estilo del 1400, te comento...
Que interesante lo que has contado de los cursos de música de Urbino, no tenía idea de su existencia. Y ojalá algún día también nos compartas sobre tus pasos por Padova, es una ciudad que adoro.
Mi abuela apareciéndoseme esta noche para decirme: ¡ Te lo dije ! ¡¡ Que no leyeras tanto que te ibas a quedar sin vista !!
(Y que no usáramos tanto vinagre que se come los glóbulos rojos 😶 )